DNN entrevistó al Dr. Edgardo Néstor De Vincenzi, Rector Emérito de la UAI (Universidad Abierta Interamericana), luego de que hiciera entrega del Diploma de Profesor Honorario de esta institución a S.E. el Embajador de la República de la India, Amarendra Khatua, quien será Vicecanciller de la India a partir de 2016.
El evento fue organizado por la UAI, y estuvo a cargo del el Ing. Luis E. Franchi, Vicerrector de Extensión Universitaria de la institución, y también contó con la presencia del Cónsul General de la República de la India en Argentina, el Dr. Sergio Lais-Suárez.
Durante el acto, el Dr. De Vincenzi había señalado que hay una figura antropológica que es vital: “la de nutrirse de otras culturas, en pos de formar un ciudadano del mundo desde cada hábitat.” Y observó que “quizás en otras épocas esto no era necesario, porque las comunicaciones tardaban semanas o meses… pero hoy en día apretamos un botón y sabemos lo que dice cada ciencia; y apretamos otro botón y podemos fácilmente encontrar cómo se aplica la ciencia para resolver los problemas del campo de cada ciencia. De modo que no podemos superar a estos ‘robots’ (de la informática y de la robótica) en los conocimientos ni en la aplicación de los conocimientos si no tenemos una personalidad creativa.”
Bajo la consigna de que “lo que no se evalúa se devalúa”, en 1998 la UAI había formalizado un proceso de autoevaluación, que desde su fundación en 1995 era algo que caracterizaba su gestión. Luego, en 2001/2002 se sometió a una evaluación externa, cuyo reporte destaca -entre otras cosas- que “la UAI posee un sentido de su propia identidad, que es inusualmente fuerte para una institución tan joven”, y que apunta claramente a la formación de valores en sus alumnos (en la web de la UAI/Institucional/Autoevaluación se puede ver una transcripción de las partes más relevantes de este informe).
Así es que le preguntamos al Dr. De Vincenzi acerca de esta ‘educación personalizadora’, que da tanta importancia a lo creativo y a los valores, y que hace a la identidad de la UAI.
Una educación que busca estructurar una personalidad que sea (1) ética (valores), (2) moral (acciones, vínculos), (3) creativa (para no ser robots), (4) paternal (porque las neurociencias han llegado a la conclusión de que hasta los 4 años se desarrolla más del 80% de la personalidad) y (5) cívica (respeto por el otro y por el bien común)… es la que puede producir una personalidad que supere al robot.
Y esto no lo puede lograr una educación enfocada en lo enciclopédico (en la cantidad de información), sino una educación que sea pedagógica.
Doctor en filosofía, en educación, en psicología social y en neurociencia, De Vincenzi afirma que las diez mejores universidades del mundo son pedagógicas, y que la UAI es la única en Argentina y en Latinoamérica con esta característica personalizadora.
Triunfan los que son capaces de hacer lo que los robots no pueden hacer. Son los creativos, los imprescindibles. Los profesionales que tienen la autonomía para aprender a aprehender, crítica y constructivamente.
En relación con la evaluación y con la crítica, ¿cuál es la importancia de la diversidad?
La diversidad nutre a la unidad. Cualifica a la unidad de cualquier acto o persona.
En cualquier grupo, y cualquiera sea su objeto, lo unilateral y monocorde es sinónimo de mediocridad. En cambio, la diversidad, una vez definida la unidad, siempre cualifica a la unidad. Ya sea esa unidad una persona, una pizza, un vínculo o una obra de arte…
Es necesario criticarse mutuamente para crecer y para evolucionar. Sin crisis, sin crítica, hay mediocridad.
Hay que rodearse de gente crítica y consciente. Hay que disentir y consensuar con convicción científica.
¿Cómo relaciona el enfoque educativo-pedagógico con el desarrollo de una sociedad y de un país, que justamente integran la misión y a la visión que tiene la UAI?
No hay vientos que favorezcan a los que no saben, en cada momento, adónde van, por qué van y cómo es que tienen que ir…
Si se enseñan solamente la ciencia y la resolución de los problemas del campo de la ciencia… y… el resultado es que somos subdesarrollados…
Nadie puede cambiar si no asume su realidad. Difícilmente uno cambia si no toma conciencia de sus carencias.
Llevando esto de la conciencia a un plano global, pensando en el devenir del ser humano a nivel planetario y en los desafíos evolutivos de la humanidad, ¿es Ud. optimista?
Sí… en realidad, el gran tema que creo que hay que recrear es la educación… pero la educación más que nada en los ámbitos políticos.
Hay que ver si los líderes que integran cada nación o cada grupo, están preparados para ese liderazgo político. Cuantitativamente, la política (el bien común) es mucho más importante que la educación y que la salud. Porque las decisiones de un político tienen impacto sobre millones de personas.
Qué importante es entonces que un político tenga ética, moral… que sea un profesional de la política, en la vida de ciudadano, para ser elegido en esa dimensión del gobierno.
Es necesario criticarse mutuamente para crecer y para evolucionar. Sin crisis, sin crítica, hay mediocridad. Hay que rodearse de gente crítica y consciente.
Seguramente tendremos otras oportunidades para charlar más extensamente con el Dr. Edgardo De Vincenzi, acerca de este verdadero instrumento de las ascensiones humanas que es la Educación, y que es su pasión.
Texto: Rodrigo Agüero